domingo, 24 de mayo de 2009




General Alfonso Armada

Alfonso Armada y Comyn (Murcia, 12 de febrero de 1920) es un militar español, que alcanzó notoriedad por su participación en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
A los 16 años se alistó en el ejército. Fue destinado en la Guerra Civil a los frentes de Madrid, Andalucía, Guadalajara, Teruel y Valencia. También combatió con la División Azul en el frente de Leningrado.
En 1945, como comandante, fue instructor en varias escuelas militares. Dio clases militares al rey Juan Carlos y llegó a ser miembro del Estado Mayor Central. Otra de sus labores fue como secretario general de la casa del rey, puesto que ocupó durante 17 años. Sin embargo, sus enfrentamientos con el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y el hecho de que enviase cartas con el sello de la Casa Real pidiendo el voto para Alianza Popular en las elecciones de 1977 hicieron que fuese relevado. De la secretaría del monarca pasó a ser profesor principal de la Escuela Superior del Ejército y, poco antes del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, ocupó los cargos de gobernador militar de Lérida y, luego, segundo jefe del Estado Mayor del Ejército.
Esta trayectoria se vio truncada el 23-F, al ser uno de los principales participantes del intento de golpe de Estado. Según los planes de los golpistas, sobre éste habría recaído la presidencia del gobierno que dirigiría el país si el intento de golpe no hubiese fracasado. Aunque no con total seguridad, se cree que él era el "elefante blanco" que esperaban los golpistas en el Congreso. Se descubrió que estaba implicado cuando se ofreció al Jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Gabeiras, para ir en persona al Congreso a proponer a Tejero una salida: su ofrecimiento para presidir un gobierno cívico-militar con presencia de líderes políticos. Tejero se negó rotundamente a que entrasen políticos de ideologia socialista en el gobierno y ahí empezó el fin del golpe.
El 22 de abril de 1983, el Tribunal Supremo le impuso una condena de 30 años de carcel y pérdida de empleo, cumpliendo su pena en la cárcel de Alcalá-Meco. El 24 de diciembre de 1988, el Gobierno le indultó alegando razones de salud y que el reo acataba la Constitución Española. Desde su salida de prisión vive en su pazo de Ortigueira, en Santa Cruz de Ribadulla (Vedra, La Coruña, Galicia).

Marcha Verde


La Marcha Verde fue la estrategia de Marruecos con la intención de ocupar el Sáhara Occidental iniciada el 6 de noviembre de 1975, que estaba ocupado por España.Marruecos envió a unos 350.000 ciudadanos y 25.000 soldados para invadir la por entonces provincia española, de modo que apoyasen y legitimasen la anexión, organizada por el rey Hassán II, durante la crisis política de España en los últimos días del régimen franquista.Todo vino a raíz del dictamen de 16 de octubre de 1975 del Tribunal Internacional de Justicia de Naciones Unidas (ONU), que ratificaba los planes de la ONU del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación. El rey Hassán autorizó la marcha por la parte norte del Sáhara Occidental como medida de presión nacional e internacional sobre España, además de desplegar por la parte sur diversas acciones militares.Esto fue interpretado como el reconocimiento de los vínculos del Sáhara con Marruecos.El ejército español minó y señaló claramente la zona fronteriza a la que se dirigía la marcha, desplegándose a continuación inmediatamente detrás. Hasta que no se produjeron los Acuerdos de Madrid, la Marcha Verde permaneció estacionada a unos cientos de metros de los campos de minas, controlada por la policía marroquí que se empleaba contundentemente cuando movimientos espontáneos de civiles se dirigían hacia las tropas españolas.Una semana después y en medio de la agonía del general Franco, el juancarlato, con los acuerdos tripartitos de Madrid, España, en un proceso de reorganización interna (que hubiese afectado a su provincia semimetropolitana del Sahara) cedía la administración del tercio sur del territorio saharaui a Mauritania y el de los dos tercios septentrionales a Marruecos, a cambio de compensaciones políticas y económicas. La operación fue vista por la opinión pública europea, que seguía los medios de comunicación de la época, como una invasión pacífica de pobladores autóctonos (que diferían bastante en usos, ritos y costumbres con los naturales).Actualmente la situación sigue sin resolverse. Hay un plan especial todavía de la ONU, la MINURSO, para asegurar un futuro referéndum para la autodeterminación, y aunque Mauritania abandonó la parte sur después de las continuas derrotas militares por incursiones de la organización independentista saharaui Frente Polisario, el Sáhara Occidental continúa dividido y militarizado en la mayor parte bajo gobierno marroquí, que también ocupó militarmente la inmensa mayoría de la zona sur abandonada por Mauritania (salvo una parte en torno a Cap Blanco para resguardar la capital Nuakchot).


Guerra de Ifni

La Guerra de Ifni enfrentó a fuerzas españolas con marroquíes en la pretensión por parte de estas últimas de controlar el territorio de Ifni y Tarfaya, por entonces bajo administración española como parte de sus posesiones en el Sáhara Occidental, al norte de África, entre octubre de 1957 y abril de 1958 y que culminó con el abortado asedio de la ciudad de Sidi Ifni.
Esta guerra tuvo lugar en el contexto del proceso de descolonización de África durante la segunda mitad del siglo XX. La guerra fue dirigida fundamentalmente por elementos del Ejército de Liberación Marroquí, la antigua fuerza de liberación que luchó por la independencia contra los franceses, liderados por el dirigente del Istiqlal, Ben Hammu. Una vez obtenida la independencia, mientras que aproximadamente la mitad de los miembros del ejército de liberación se constituían en el Ejército Real Marroquí, el resto se dirigió al sur a conquistar las posesiones
españolas en el norte de África. Los grupos armados marroquíes operaban por todo el territorio del Sahara, incluido el ocupado aún por Francia al este (hoy Argelia) y al sur (hoy Mauritania).
El territorio de Ifni fue cedido por el sultán de Marruecos a España en 1860. Durante las siguientes décadas y con la reticencia de Francia y el reconocimiento internacional obtenido en la Conferencia de Berlín (1884), se fueron estableciendo más poblaciones en la costa situada al sur de Ifni: Cabo Juby (Tarfaya), Saguia el Hamra, Villa Cisneros y La Güera (Río de Oro) (que formaron posteriormente el Sahara español). En 1946, todos los enclaves de la zona fueron agrupados en la denominada África Occidental Española.
Tras obtener en 1956 la independencia, Marruecos empezó a expresar su interés por descolonizar las posesiones españolas, fundadas en los proclamados vínculos históricos y geográficos de dichos territorios con Marruecos. El sultán marroquí, Mohammed V, alentó los esfuerzos para reclamar las posesiones españolas y personalmente financió a los conspiradores anti-españoles en Ifni.

Manifestaciones contra el dominio extranjero se produjeros en Ifni el 10 de abril de 1957, seguidas de disturbios y algún asesinato de leales a España. En respuesta, Franco envió dos banderas (batallones) de la Legión, fuerza de choque de élite de España, a El Aaiún en junio de ese año.
Mientras tanto, las tropas marroquíes se agruparon en las inmediaciones de Ifni. El 23 de octubre, dos pueblos en los alrededores de Sidi Ifni, Goulimine y Bou Izarguen, fueron ocupados por 1.500 soldados marroquíes (muyahidín). El cerco de Ifni había comenzado. Dos banderas más de la Legión llegaron a las posesiones españolas antes del comienzo de las hostilidades (la Sexta Bandera llega a Ifni, en tanto que la Segunda se unió a la Cuarta y la Decimotercera en el Sahara español). También se desplazaron a Ifni una bandera paracaidista y un regimiento de infantería.

El 21 de noviembre, los servicios de inteligencia españoles en Ifni dieron cuenta de que los ataques de marroquíes operando desde de Goulimine eran inminentes. El 23 de noviembre, las líneas de comunicaciones españolas con los puestos avanzados en la frontera fueron cortadas, al tiempo que una fuerza de unos 2.000 marroquíes asaltaba las guarniciones del territorio de Ifni, así como el aeródromo y el arsenal de Sidi Ifni.
Aunque la incursión marroquí contra Sidi Ifni fue fácilmente rechazada, los puestos avanzados cercados fueron abandonados o perdidos ante el ataque enemigo, en tanto que Tiliuin, Telata y Tagragra permanecieron bajo estrecho asedio.

En Tiliuin, 60 tiradores (pertenecientes al Cuerpo de Tiradores de Ifni, un cuerpo mixto de soldados españoles e indígenas) defendían el puesto, así como a su población civil, ante el ataque de cientos de marroquíes. El 25 de noviembre, un intento de rescate fue autorizado por las autoridades españolas. Ante el veto de los Estados Unidos (aliado de Marruecos) para que España utilizara aviones o armas fabricados por ese país, se hubo de recurrir a cinco viejos Heinkel He-111 para bombardear las posiciones marroquíes, mientras que desde el mismo número de Junkers JU-52 saltaban en paracaídas 75 paracaidistas (15 de cada avión) al mando del capitán Sánchez Duque, sobre el puesto avanzado de Tiliuin, en tanto que un sexto lanzaba armas y suministros. Estas fuerzas también quedaron cercadas en el poblado.
El 3 de diciembre, miembros de la Sexta Bandera de la Legión llegaron al puesto, rompiendo el cerco y reconquistando el aeródromo. Todo el personal civil y militar fue entonces evacuado por vía terrestre a Sidi Ifni, a donde llegaron el 6 de diciembre. Tras destruir las fortificaciones, Tiliuín fue abandonado definitivamente.

Telata tenía un puesto de policía muy apto para dicha función, pero en absoluto preparado para un ataque. Aun así sus defensores estuvieron muy por encima de lo que tuvieron que sufrir, con gran mérito a pesar de los constantes ataques, llegando los marroquíes hasta los mismos muros del fuerte sin poder conquistarlo.
Al mando del puesto de policía se encontraba en aquellas fechas el Teniente Emilio Cuevas Puente (después Coronel), y distante a poco más de un kilómetro el destacamento de Tiradores, bajo el mando del capitán Niceto Llorente Sanz, con algo más de un centenar de soldados del grupo de Tiradores.
A las 06.30 de la madrugada del 23 de noviembre de 1957, varios grupos del Ejército de Liberación Marroquí atacan el puesto de Telata, con intenso fuego de fusilería, ametralladoras y morteros. Tras repeler el primer ataque, el operador de radio informa que la defensa ha sido perfectamente organizada, produciéndose las siguientes bajas: en el grupo de Tiradores un muerto, cinco soldados y un sargento heridos, un policía musulmán muerto, un brigada herido grave (Luis Gutiérrez Nalda) y tres policías heridos.
El puesto de Telata queda asediado y sus defensores deben hacer frente a continuas incursiones con un armamento obsoleto y escaso.
En medio de los continuos ataques, entre los defensores destacan los casos de héroes como el soldado del Rgto. de Redes Permanentes y Servicios Especiales de Transmisiones, Joaquín Fandos Martínez, natural de Burriana (Castellón). Asignado al destacamento de Tiradores, cuando dejaba su puesto de operador de radio, relevaba a alguno de sus compañeros más agotados o levemente heridos de las posiciones defensivas, sin apenas descansar durante los nueve días siguientes al 23 de noviembre.
El 1 de diciembre de 1957, se produce uno de los últimos y más duros ataques de los marroquíes. Entre las bajas de los defensores, Joaquín Fandos cae gravemente herido por el impacto de una granada de mortero, muriendo al día siguiente.

La expedición de auxilio al puesto avanzado de Telata fue claramente menos exitosa que la de Tiliuin. Tras abandonar Sidi Ifni el 24 de noviembre a bordo de viejos camiones, un pelotón de la Segunda Bandera paracaidista, al mando del teniente Ortiz de Zárate, avanzó muy lentamente por la pista que unía Sidi Ifni y Tiliuin (los camiones no podían ir campo a través, dado lo abrupto del terreno ifneño), puesto que los irregulares marroquíes habían interpuesto piedras en el camino. A esto había que añadir las frecuentes emboscadas realizadas por los marroquíes que, al día siguiente, causaron varias bajas, forzando a la expedición a abandonar los camiones y salir de la pista por la que transitaban. El 26 de noviembre, la comida se acabó. Los españoles, bajos de munición, reanudaron la marcha, sólo para sufrir de nuevo repetidos ataques enemigos y ser cercados.
Aunque se les pudo enviar víveres desde aeroplanos, las bajas continuaron aumentando. Entre los muertos estaba el teniente Ortiz de Zárate.
El 2 de diciembre, una columna de infantería que había salido de Sidi Ifni, compuesta por la 21ª compañía del IV Tabor de Tiradores de Ifni al mando del capitán Rafael López Andión rompe el cerco sobre los paracaidistas y entra a continuación en Telata. El puesto es destruido para no dejar refugio a los marroquíes. Los supervivientes de Telata y del batallón paracaidista estaban de vuelta en Sidi Ifni el 5 de diciembre. Habían sufrido cinco muertos y catorce heridos.

Los primeros ataques marroquíes habían sido más o menos exitosos. En el espacio de dos semanas, los marroquíes y sus aliados tribales bereberes habían conseguido controlar la mayor parte de Ifni, aislando las unidades españolas tierra adentro de la capital, Sidi Ifni. Ataques simultáneos habían sido lanzados por todo el Sahara español (territorio situado a 200 km al sur de Ifni), capturando guarniciones y emboscando convoyes y patrullas.
Consecuentemente, las unidades marroquíes, reabastecidas y reforzadas en gran medida, se esforzaron en rodear y asediar Sidi Ifni, esperando incitar un levantamiento popular. Sin embargo, los marroquíes subestimaron la fortaleza de las defensas españolas de la ciudad. Abastecida desde el mar por tres buques de la armada española y protegida por una línea de posiciones defensivas, establecidas a lo largo de un perímetro de 27 kilómetros y a 8-10 km del centro de la ciudad, que para el 9 de diciembre albergaba unos 7.500 defensores, Sidi Ifni resultó inexpugnable. El asedio, que duró hasta junio de 1958, transcurrió sin grandes incidentes y relativamente sin derramamiento de sangre, ya que las fuerzas españolas y marroquíes concentraron sus recursos en los escenarios del Sahara español.
En enero de 1958, Marruecos redobló su dedicación a la campaña contra España, reorganizando todas las unidades militares en territorio español, como el Ejército de Liberación Saharaui. Mientras tanto, la Novena Bandera de la Legión es enviada al Sahara español a reforzar las tropas allí estacionadas.
El 12 de enero, una columna del Ejército de Liberación Sahariano atacó la guarnición española en El Aaiún. Derrotados y forzados a retirarse por los españoles, esta columna centró sus esfuerzos en el sudeste de la colonia. La oportunidad se presentó al día siguiente en Edchera, donde dos compañías de la Decimotercera Bandera de la Legión estaban llevando a cabo una misión de reconocimiento. Deslizándose sin ser vistos por entre las dunas junto a las columnas españolas, los marroquíes abrieron fuego.
Emboscados, los legionarios lucharon para mantener la cohesión, repeliendo los ataques con fuego de mortero y armas ligeras. El episodio principal de la lucha lo protagonizó el primer pelotón, el cual se negó obstinadamente a retroceder ante el fuego marroquí, hasta que el enorme número de bajas le forzó a retirarse. Los sangrientos ataques continuaron hasta la caída de la noche, cuando las fuerzas marroquíes, demasiado desperdigadas y sin hombres suficientes
para continuar el ataque, se desvanecieron en la oscuridad.
En febrero de 1958, tropas franco-españolas lanzaron una importante ofensiva que desmanteló con éxito al Ejército de Liberación Sahariano. Por primera vez, el poder aéreo masivamente superior de los europeos fue aplicado, ya que Francia y España desplegaron una escuadra de 130 aviones (60 españoles y 70 franceses). Sobre el terreno se desplegaron 9.000 soldados españoles y 5.000 franceses. El Teniente General López Valencia, Capitán General de Canarias, comandaba las fuerzas españolas.
Los primeros reductos en caer fueron las fortalezas montañosas marroquíes entre Tan-Tan y Saguia el Hamra. Bombardeadas desde el aire y con fuego de proyectiles desde tierra (de fuerzas españoles venidas de El Aaiún y Villa Bens y francesas de Fort Trinquet), el Ejército de Liberación sufrió 150 muertos y abandonó sus escondites montañosos y gran cantidad de material.
El 10 de febrero, las banderas Cuarta, Novena y Decimotercera de la Legión, organizadas en una columna motorizada, expulsaron a los marroquíes de Edchera y ocuparon a continuación Tafurdat y Smara.
El ejército español, avanzando desde El Aaiún y Villa Cisneros, junto a tropas francesas que operaban desde Fort Gouraud, atacaron contundentemente a los marroquíes el 21 de febrero, destruyendo las concentraciones del Ejército de Liberación Sahariano entre Bir Nazaran y Ausert.

El 2 de abril se firman los acuerdos de Angra de Cintra entre los gobiernos español y marroquí. Por este acuerdo se entregaba a Marruecos la zona de Tarfaya (colonia de Cabo Juby), entre el río Draa y el paralelo 27º40', excluyéndose Sidi Ifni y el Sáhara español.
España mantuvo la posesión de Ifni hasta 1969, consecuente a la resolución 2072 de las Naciones Unidas (1965) en la que insta a la descolonización de Ifni y el Sáhara Occidental. Sin embargo, el control español sobre el Sahara Occidental duró hasta que, de acuerdo con Marruecos (que organiza la Marcha Verde), se firmaron los Acuerdos de Madrid de 1975, donde España, Marruecos y Mauritania emitieron en Madrid una declaración de principios sobre el Sáhara Occidental, con arreglo al cual las facultades y responsabilidades de España, como Potencia administradora del Territorio, se transfirieron a una administración temporal tripartita, sin que la paralela declaración de independencia hecha por los nacionalistas saharauís (Frente Polisario) y la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática se tradujeran en la creación de una nueva nación. Antes bien, fue el inicio de un conflicto que dura hasta hoy.
Opus Dei
El primer Opus Dei se desarrolla en el seno del bando victorioso en la guerra civil al calor del fervor religioso de la época y Escrivá lo concibe como una especie de alternativa católica a la Institución Libre de Enseñanza. En los años cuarenta, favorecidos por un Ministro de Educación simpatizante, una docena de sus miembros ocuparon posiciones importantes en la Universidad española y en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y trataron de establecer, sin saberlo muy bien ellos mismos, una versión española de la Action Française. Para ello crearon Ediciones Rialp, el nombre del lugar en el que, según la mitología interna, la Virgen confirmó en su misión al "Padre" mientras cruzaba los Pirineos en su paso de la zona republicana a la franquista. En Rialp publicó Rafael Calvo Serer su "España sin problema", como respuesta a las dudas de Pedro Laín Entralgo en "España como problema" y Florentino Pérez Embid y otros socios tradujeron el pensamiento conservador europeo declarándose seguidores de Menéndez y Pelayo. El intento sirvió, especialmente, para que Pérez Embid, Rodríguez Casado y otros opusdeistas se incorporaran a la Administración cultural franquista, primero en el Ministerio de Propaganda de Arias Salgado y luego en la dirección y control del Ateneo. La progresiva cercanía del grupo al poder y, en particular, la estrecha relación entre Carrero Blanco y Laureano López Rodó, que destaca como organizador administrativo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, permitió la segunda y más productiva etapa. Durante ella, años cincuenta y sesenta, Franco entrega la dirección de la maltrecha economía española a tres o cuatro opusdeistas, Alberto Ullastres, Mariano Navarro, Gregorio López Bravo y, con ocasión de esa preeminencia, surge un vigoroso "lobby" de miembros, amigos y favorecidos de la Obra, que se asocian y crean un montón de empresas nacidas al calor de la nueva "familia". Son años en los que el grupo se expansiona geográficamente, también fuera de España, sobre todo en las dictaduras de América Latina, Chile, Argentina, penetrando los grupos de católicos que se sienten más lejanos a las consignas del Concilio Vaticano II. Mientras tanto Roma ve con suspicacia a la fundación escrivaniana y el cristianismo progresista acusa al grupo de colusión con la dictadura española. Pablo VI, que fue militante antifranquista desde su Arzobispado de Milán, es particularmente crítico y bloquea la petición de Escrivá de transformar la condición canónica del entonces Instituto secular. La actuación política de los opusdeistas de la época se concreta en el primer ajuste duro de la economía española, realizada al dictado de los organismos internacionales y sin oposición popular o sindical alguna y que rompe con el modelo preexistente de autarquía. Las cosas fueron peores para la red de intereses y empresas que se tejió alrededor de la Obra. Protagonizadas generalmente por gente sin experiencia, las incursiones grupales en el mundo financiero, editorial, de comercio exterior, se han saldado con muchos conflictos internos y externos, clamorosos fracasos y una fama de inmoralidad y arbitrariedad que desde entonces han caracterizado las aventuras mercantiles de unos hombres cuyos mentores difundían la idea de la santificación del trabajo. El "affaire" Matesa, el Rumasa y tantos otros están llenos de nombres opusdeistas. El socio supernumerario Ruiz Mateos, a quien las autoridades del Opus ponían como ejemplo de padre modelo, empresario ejemplar y protector destacado, tuvo que ser prontamente excluido del índice de los socios exhibibles en público, sobre todo después de sus peleas públicas con otros socios a los que achaca su caída en desgracia. A tanto llegó la crítica que Escrivá, a finales de los años sesenta, decretó la supresión de las llamadas internamente empresas auxiliares u "obras comunes", que fueron apresuradamente liquidadas. Las empresas de prensa, en las que Escrivá tenía puestas tantas esperanzas, "hemos de envolver el mundo en papel impreso", decía, fueron las últimas en perder la dependencia institucional y algunas se transformaron en el grupo Recoletos (Telva, Marca, Expansión), dominado por hombres y mujeres afines al Opus y hoy en manos inglesas. Siguen coleando algunos escándalos y trapisondas como el de la Fundación General Mediterránea, uno de los instrumentos de la "economía sumergida" del Opus que ha dado pié a tantos rumores sobre las conexiones entre las finanzas opusdeisticas y las vaticanas que algunos especialistas están empezando a documentar. (Maurizio del Giacomo y Jordi Minguel, "El finançament de l´esglesia católica", Descoberta 21, 1998).Paralelamente, un grupo selecto de hombres y mujeres del Opus asumieron la vieja tradición eclesiástica de tener influencia en la Corte real. Mientras Federico Suárez Verdeguer, Angel López Amo y Laura Hurtado de Mendoza tomaban posiciones en la naciente casa del Príncipe, otros promovían la restauración monárquica, con partidarios de la candidatura de Don Juan, como el grupo que dirigía Calvo Serer, o de la de Don Juan Carlos, tesis de López Rodó e incluso algún opusdeista apoyaba la candidatura carlista. El propio Escrivá, finalmente, se decantó por las tesis de López Rodó. (Véase, mi "Historia oral del Opus Dei", Plaza Janés, 1985 y Jesús Ynfante, "Opus Dei. Así en la tierra como en el cielo", Grijalbo, 1996).La tercera y actual etapa del Opus Dei en España coincide con la restauración democrática, el papado de Juan Pablo II y la crisis de la enseñanza católica confesional. En la democracia hay algunos, más bien pocos, hombres y mujeres del Opus en la cúspide de los partidos de derecha nacional y regional y del poder bancario pero ya no actúan de una manera teledirigida como durante el franquismo sino en la prosecución de los intereses normales del capitalismo democrático al que pertenecen y del que extraen una cierta plusvalía para los fines propios. Al carecer España de un partido de extrema derecha no se puede cuantificar el trozo de extremismo político de la Obra aunque era obvia la simpatía de tantos militares y algunos civiles opusdeistas por los protagonistas del intento de golpe de Estado de febrero del 81. "Los militares, por el sólo hecho de serlo, tienen ya la mitad de la vocación al Opus Dei", predicaba Escrivá. Juan Pablo II modifica la línea crítica del Vaticano hacia la Obra. Le concede, ya muerto Escrivá, la deseada transformación canónica y con ella una amplia autonomía de los obispos territoriales y beatifica al fundador en un episodio de manipulación del expediente que es criticado agriamente incluso por miembros de la Curia. Pero lo más importante de la nueva etapa es la transformación de la Obra en una organización dedicada preferentemente a la enseñanza privada heredando la atención a las clientelas de clase media que los jesuitas estaban abandonando. Escrivá había escrito en los documentos fundacionales que la Obra no tendría nunca centros de enseñanza, que lo propio de sus socios debía ser la actividad profesional ejercitada preferentemente "en instalaciones del Estado y con dinero del Estado" (Vid. Instrucción de San Gabriel, documento interno, 1937). Sin embargo, ni Escrivá ni sus delegados españoles dejaron de acoplarse a las circunstancias que les rodeaban, de hacer de la necesidad virtud. Liberadas tantas energías a partir de la crisis del modelo político mercantil, se inició una ininterrumpida carrera de creación de colegios de primaria y secundaria, y algunas Universidades, unos dependientes directamente de la institución, otros, de sociedades interpuestas. En 1999 no hay ciudad española ni capital latinoamericana que no tenga un colegio del Opus para chicos y otro para chicas, no se practica la coeducación, y algunas ciudades tienen tres o más. En ese empeño pedagógico, y en la burocracia interna, gastan sus energías la mayoría de los socios numerarios del Opus que, en cierto sentido, se ha transformado en algo parecido a aquellas congregaciones de enseñanza, como la de los Hermanos de la Salle o los Maristas, que surgieron en Francia como reacción contra el laicismo y el anticlericalismo de la Revolución. Eran gente seglar pero con votos religiosos secretos, actuaban y vestían como laicos pero progresivamente sus costumbres e incluso su vestimenta se fueron uniformando, algo parecido a lo que ocurre con los solteros y, sobre todo, las solteras de la Obra. Estadísticamente, el paradigma del numerario de la primera hora era un intelectual bien educado. El de la segunda un ejecutivo, un gestor exitoso. El del momento actual un maestro afrailado.Escrivá no era ajeno al machismo tradicional en la teología y disciplina católicas y diseñó un modo de organización en el que las mujeres tenían como actividad profesional principal la administración y cuidado doméstico de casas y centros. Incluso una clase de miembros femeninos, las procedentes de hogares humildes, se llamaban sirvientas en la primera edición de las Constituciones."Son y se llaman sirvientas", decía el texto. Como consecuencia de tal diseño, los numerarios deben ser los últimos beneficiarios del status del señorito tradicional, que no se ocupa de los asuntos domésticos porque eso es cosa de las mujeres de la familia y, en este caso, de sus "hermanas" en el apostolado. Sin embargo, un cierto porcentaje de las mujeres del Opus Dei se están incorporando a la nueva vocación pedagógica de los varones y regentan colegios para niñas. De todas maneras, todavía pocas de entre ellas ejercen una profesión civil independiente o tienen estudios superiores como es obligatorio para los numerarios. Escrivá diseñó una observancia más sacrificada para las numerarias. Así, entre otros preceptos, ellas duermen en tabla y tienen que pedir permiso para beber agua entre las comidas. Este último fue recientemente abrogado. Por supuesto, las mujeres participan poco en el gobierno y se limitan a aplicar en su ámbito las disposiciones que toma el mando masculino. Tal estado de cosas ha originado una crítica muy extendida a la condición femenina en el Opus que muchas religiosas católicas consideran una degradación de la situación de la mujer en la Iglesia.
Poco a poco, el Opus Dei se clericaliza y hoy son sacerdotes la mayoría de sus mandos nacionales y regionales. También se incrementa la endogamia social y la mentalidad de fortín, protección para los de dentro, gueto para los de fuera. Porque muchos de sus socios numerarios nacen ya en un hogar de supernumerarios, van a los colegios propios, a las Universidades propias, de allí a Roma y, una vez entrenados, son destinados a la burocracia interna o a la red educativa sin ejercer una profesión civil ni tener experiencias mundanas. Es el caso del actual Presidente, Javier Echevarría, que muy joven se convirtió en el secretario de Escrivá y se ha pasado la vida en Roma, ocupado en la burocracia interna, sin tener estudios civiles ni experiencia profesional. Analistas del fenómeno coinciden también en observar una decreciente calidad social e intelectual de los nuevos afiliados.La dedicación preferente a la enseñanza produce una reconversión de las metas fundacionales. Ya no se vislumbra ese despliegue de los opusdeistas por todos los sectores de la sociedad civil, a modo de "inyección intravenosa", como expresaba el fundador, sino una concentración de esfuerzos en la educación de la infancia y la juventud. El control de tantas instituciones de enseñanza abre nuevos horizontes de influencia. Por una parte los centros educativos se plantean como plataformas para la indoctrinación. Animados por un papa muy militante y nutridos por ese neoconservadurismo cíclico en la Iglesia, los maestros y maestras del Opus se afanan por convencer a sus alumnos de la importancia de mantener el modelo jerárquico de familia tradicional, célula principal de la deseable sociedad orgánica y se enrolan con entusiasmo en la causa antiabortista una vez que la causa anticomunista ha perdido vigencia. Una nueva Contrareforma calienta el apostolado de la Obra algunos de cuyos sacerdotes ocupan cargos en la burocracia eclesiástica relacionados con la censura y la persecución de los clérigos que piensan por su cuenta. Tal activismo ha hecho innecesario el diseño de una doctrina o teología propias, ya sólo se trata de mantener la lealtad al mensaje tridentino en su actual versión vaticana. Por ello apenas hay en la institución teólogos dignos de tal nombre, los pocos que querían serlo se han marchado, como Raimundo Paniker o están muertos, como Alfredo García. Podría decirse que el mundo del Opus tiene que ver cada vez más con la disciplina grupal, con el control del comportamiento y menos con la religión, el pensamiento teológico aunque mantenga, en Pamplona y en Roma, Universidades eclesiásticas, básicamente especializadas en moral y derecho canónico. Escrivá se enfadó mucho con los planteamientos aperturistas del Concilio Vaticano II y estipuló, a la manera del cardenal Lefêvre y otros líderes integristas, unos modos de observancia que se traducen en un obvio fundamentalismo doctrinal y en una alianza explícita o tácita con las fuerzas sociales más conservadoras. La obsesión de Escrivá con las novedades vaticanas le llevó a confrontaciones permanentes con otros líderes eclesiásticos declarando a sus hijos antes de morir que, tal como estaban las cosas, el Opus Dei era el único grupo fiel al Evangelio, ese "resto de Israel" bíblico al que Dios confiaba la misión de volver las aguas a su cauce. Como en otras instituciones de la Iglesia contemporánea, también en el seno del Opus Dei se planteó en su día la colisión entre los principios evangélicos de caridad y solidaridad y las reglas de juego de la sociedad capitalista y pronto se tomó partido por el éxito individual en la competitividad del mercado. Uno de sus más conocidos centros, el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa de Barcelona, con sucursales latinoamericanas, lleva treinta años formando a sus selectos alumnos en las técnicas del "management" a la americana y proporcionando gerentes y directivos a las empresas que los pueden contratar. Y para confirmar la apuesta, Rafael Termes, expresidente de la patronal bancaria y uno de los numerarios más conocidos, acaba de publicar "Antropología del capitalismo" (Plaza y Janés, 1994), en el que trata de probar el carácter natural, "cuasi revelado" del sistema económico en el que cree con tanta firmeza como en su fé. Los colegios de la Obra tienen prestigio entre la clase media, por su calidad técnica, por la atención tutorial. Han heredado esa relación mezcla de cooperación y complicidad con las familias y la creación de lazos clasistas entre los alumnos que caracterizaba a la educación jesuítica porque, como comentaba el padre Arrupe, "viendo lo que ellos son hoy, veo lo que nosotros fuimos ayer y no debimos ser nunca". Pero en ese éxito aparente está el germen de sus nuevos conflictos, la acusación por una gran parte del mundo católico de que el Opus Dei practica el sectarismo de menores en gran escala. Y en realidad no podía ser de otra manera. Los directivos del Opus han tenido que modificar su estrategia proselitista, su recluta de numerarios ante las nuevas circunstancias sociales. En la primera época los numerarios procedían de la Universidad y estaba prohibido, y mal visto, que chicos jóvenes fueran por las casas de la Obra. La vocación era cosa de hombres. Hoy, sin embargo, el proselitismo es difícil entre universitarios. Resulta más fácil aprovechar la red de colegios propios y el calor de los hogares de los supernumerarios para convencer a niños y niñas, de quince y hasta menos años, de que Dios los llama a una entrega total y para toda la vida. Esta tarea se convierte en una obsesión para los maestros y maestras que se comprometen a hacer "pitar", a reclutar a dos personas al año como mínimo y, como consecuencia, no dejan en paz a sus alumnos, en tutorías y en confesionarios, generalmente con la complicidad de los compañeros de éstos ya reclutados e igualmente obsesos. Ampliar el número, "que seamos más" es la consigna. Tan pesados se ponen que ha surgido una organización norteamericana católica, la "Opus Dei Awareness Network Inc.", para defender a las familias del peligro opusdeista, que ha publicado una especie de guía para padres, en varios idiomas. Y aunque en España no existe tanta conciencia del peligro que representa esa precoz indoctrinación, los latinos somos más gregarios y el Opus forma más o menos parte de nuestro "hábitat", ya hay organizaciones, como la catalana AIS, de asesoramiento e información sobre sectas, que recibe habitualmente peticiones de ayuda contra la indoctrinación opusdeista de menores. Porque los modos secretistas e intimidatorios de la recluta escolar se continúan cuando el niño, el adolescente se hace del Opus. Apartamiento de la familia, censura de amistades y lecturas, imposición de horarios, estudios y lugar de residencia, manipulación de la conciencia, control profesional y económico, una versión católica y española de la grupalidad sectaria, hermética, en la que la religión funciona básicamente como cebo para atraer a nuevos sectarios. La antropología opusdeística concibe a las personas como "robots" programados desde pequeños para hacer lo que les digan sus jefes y no tener dudas al respecto. (Véase mi "Sectas católicas: El Opus Dei", en Revista Internacional de Sociología, 1992). Todo ello, por supuesto, contradice la versión oficial de que los socios del Opus son cristianos corrientes, laicos libres, con total normalidad en sus relaciones familiares y profesionales. Como decía una madre agraviada: "Si tanto predican los valores de la familia tradicional ¿por qué tratan tan mal a sus propias familias?. Un libro reciente, "Hijos en el Opus Dei", de Javier Ropero (Ediciones B, 1993) pone de relieve esta situación desde la perspectiva de quien la ha sufrido y luego ha reflexionado sobre ella.Como es lógico la mayoría de esos jóvenes opusdeistas dejan de serlo apenas abren los ojos a la realidad. Pero a muchos les cuestan duros conflictos de conciencia, les crea situaciones anómalas de las que salen a veces con heridas físicas y mentales. Dos hermanas bilbaínas relatan en privado con horror la manipulación psicológica y farmacológica que se hace de las vocaciones dubitativas en la Clínica Universitaria de Navarra y tan asustadas están que se niegan a dar sus nombres y a hablar en público sobre ello.La manipulación de las economías de sus socios es paralela a la psicológica. Escrivá eligió para sus numerarios un modo de vida copiado de los religiosos, con votos de pobreza, castidad y obediencia, viable cuando el religioso se margina del mundo pero notoriamente complicado cuando se ejercen profesiones, se participa en empresas mercantiles o, simplemente, se maneja dinero. Las reglas que obligan a los numerarios en la gestión del dinero son harto complicadas y se traducen en una especie de dominio eminente de los directivos de la Obra sobre sus patrimonios. A diferencia de los supernumerarios que sólo deben ceder a la organización el diez por ciento de sus ingresos, los numerarios y agregados deben entregar todo el dinero que ganan y sacar de la caja local sólo lo que necesiten en períodos cortos y pedir asesoramiento a sus superiores para comprar ropa, etc. No pueden tener coche ni viviendas a su nombre y prácticamente carecen de patrimonio ni ahorros salvo que sean utilizados por la institución como "hombres de paja" para los bienes comunes. Tal status es especialmente duro cuando se abandona la institución que no concede derecho ni indemnización alguna al respecto. Ni siquiera dan de alta en la Seguridad Social a las mujeres cuya vocación en el Opus es el servicio doméstico. Muchos hombres y mujeres han tenido que reanudar su vida desde cero, privados del dinero que aportaron al Opus o incluso del que heredaron de sus familias que, reglamentariamente, hubieron de ceder a la institución. Ello provoca, lógicamente, el miedo a salirse en semejante desamparo y genera una perseverancia basada en la resignación cuando no en el cinismo. Particularmente violenta ha sido la reacción de la jerarquía opusdeística contra los socios que abandonan la institución y no se avienen a callar sobre su experiencia. Bastante sonados han sido los casos de dos mujeres españolas, ex numerarias. Una, María Angustias Moreno, recibió toda clase de calumnias y fue tildada de lesbiana por sacerdotes de la Obra como consecuencia de haber publicado un libro en el que, desde un catolicismo bastante convencional, criticaba el culto a la personalidad de Escrivá que se practicaba internamente. (El Opus Dei. Anexo a una historia, Planeta, 1976). La otra, María del Carmen Tapia, antigua superiora de la Sección femenina, está siendo demonizada por sus excolegas porque se ha atrevido a hacer un relato pormenorizado de la manera despótica y prepotente de gobernar que tenía Escrivá, al que sirvió de ayudante en Roma ("Tras el umbral, un viaje al fanatismo", Ediciones B, 1992. El libro ha sido traducido al alemán, al francés, al portugués, al inglés y al italiano).Muchos obispos, empezando por el difunto cardenal Hume, de Londres, se han quejado a Roma de este modo de proceder, sin apenas conseguir más que reconocimientos en privado porque la Curia conoce la particular devoción del papa a la Obra y en una sociedad tan jerárquica como la Iglesia católica no es costumbre llevarle la contraria al mando. Pero bastaría que el siguiente papa no fuera tan complaciente para que rebrotara aquella primera animosidad eclesiástica contra la institución. A ello contribuye la prepotencia con la que se comportan los hombres y mujeres del Opus cuando pueden prevalerse de alguna influencia para calumniar y machacar al adversario. Historias no faltan y hay muchas cuentas pendientes en esas tradicionales peleas en torno al poder vaticano. Mientras tanto, el carácter sectario de la institución se documenta y reconoce en ámbitos judiciales y políticos civiles. Recientemente, una Comisión del Parlamento belga ha incluido al Opus Dei en la lista de las sectas peligrosas para la juventud teniendo en cuenta, entre otros factores, las protestas de muchas familias cuyos hijos han sido objeto del implacable proselitismo opusdeista.Los directivos de la Obra esperaban mucho de la llegada al poder del Partido Popular y confiaban en que su gente iba a tener una importante cuota de poder. Sin embargo, los primeros resultados no son muy alentadores. Ningún opusdeista ha llegado a los ministerios importantes para ellos, desde luego no al de Educación y eso que el numerario Andrés Ollero había hecho notorios méritos para ocuparlo. Algunos de los líderes populares se ponen nerviosos cuando se les acusa de contaminación opusdeística. Y es que el Opus Dei ha heredado también de los jesuitas aquella mala fama de la que éstos gozaban en épocas pasadas. La influencia pública del Opus es más importante en el mundo de los negocios, a través de los cientos de administradores y empresarios criados a su sombra que comparten la fé de Termes en el modelo de mercado y prefieren que el Estado intervenga en las costumbres sexuales más que en las otras. Miembros de la Compañía de Jesús, de otros grupos católicos y algún obispo no están muy conformes con que el PP haya entregado a un hombre del Opus la Dirección General de Asuntos Eclesiásticos. El nombramiento del canonista Alberto de la Hera garantizará, sin duda, la sintonía entre el Gobierno y el Vaticano, una cuasiconfesionalidad vergonzante mientras duren las actuales circunstancias en Roma y en Madrid.

sábado, 23 de mayo de 2009




Beatles en España (Franquismo)



El viernes se cumple el 40 aniversario de la visita oficial de los Beatles a España, en donde ofrecieron los días 2 y 3 de julio de 1965 los dos únicos conciertos españoles del cuarteto de Liverpool, uno en la Plaza de Toros Monumental de Barcelona y el otro en la de Las Ventas de Madrid.Fue exactamente a las 17:40 horas de un caluroso primero de julio de 1965, cuando los Beatles, procedentes de Niza, pisaban por primera vez el suelo de una España en blanco y negro, a la que "los revolucionarios del flequillo" llegaban acompañados por sus fieles managers, Mal Evans y Neil Aspinall, y su chófer particular.
The Beatles
Idolatrados, pero distantesAparecieron vestidos de sport. John Lennon con un pantalón de pata de gallo y gorro a juego, Ringo Starr de blanco, Paul McCartney con chaqueta de ante oscura y George Harrison ocultaba su cara tras unas gafas de sol, tal y como recogieron la cámaras de NO-DO y recuerda el libro "The Beatles. Una filmografía musical", de Crusells e Iranzo.Cientos de fans, que habían ido andando hasta el aeropuerto de Barajas según las crónicas de la época, les recibieron entre gritos y pancartas con eso de "Beatles, yeah, yeah" o "We love you", pero se fueron un tanto defraudados porque "los melenudos" no les hicieron mucho caso.
No era la primera vez que visitaban España: Paul, George y Ringo habían estado de vacaciones en Canarias, y John conocía Barcelona.Ya conocían EspañaEn el control de pasaportes se vivieron escenas muy poco habituales entonces, como la de decenas de fotógrafos encaramados a los lugares más diversos para sacar la mejor instantánea del grupo, que se paseó en cadillac negro por una España en la que los más franquistas les veían como reflejo de una Europa en decadencia y en la que, por otro lado, grupos como Los Mustang o Los Pasos los versionaban.Un mes después de que se editaran en España los singles "Twist and shout", "She loves you" y "Roll over Beethoven", los Beatles se alojaron en el madrileño Hotel Fénix. No era la primera vez que visitaban España, ya que McCartney, Harrison y Starr habían pasado unas vacaciones en las islas Canarias entre el 28 de abril y el 9 de mayo de 1963, mientras que Lennon visitaba Barcelona. Por aquel entonces, Elisa Estrada era la secretaria en España de su club de fans, que organizaba todos los domingos fiestas en su honor en el local barcelonés "Suki-Yaki".
The Beatles
Su pelo, protagonistaPero volviendo al Hotel Fenix, el cuarteto ocupó las habitaciones 122, 123 y 124, comunicadas por un salón. Fue a las ocho y media de la tarde cuando se celebró la rueda de prensa, a la que podían asistir como mucho dos periodistas por medio.Allí respondieron a preguntas como: ¿Tienen ustedes asegurado el cabello?; a lo que Harrison respondió: "No. Y ésta es la primera vez que me preguntan algo así". También habló de toros y al contrario que sus compañeros, que rechazaban la fiesta nacional, él señaló: "aunque creo que es cruel, sin embargo, pienso que todo consiste en poder aguantar ver morir, después de esto creo que uno podría olvidarse del pobre animal y ver la lidia como un bonito deporte".Durante ese encuentro con la prensa, McCartney apuntó la posibilidad de que volvieran a España en 1966 para rodar una película, junto a "El Cordobés", pero no lo hicieron.
Entre los teloneros estaban Los Pekenikes, Juan Cano, los Sirex...¡y Torrebruno!Poco público y mal sonidoEn cuanto a los conciertos, tuvieron como teloneros a Los Pekenikes, Torrebruno, Juan Cano, Los Rustiks, Beat Chicks y Modern Four en Madrid y a los Sirex en Barcelona.Ambos comenzaron con el "Twist and shout", pero a pesar del interés que despertaron sus visitas, los fans que asistieron, recuerdan la falta de público -en la España franquista no estaban bien vistas las aglomeraciones- y el mal sonido de los dos recitales, organizados por Francisco Bermúdez, representante también de Raphael.Según recuerda este mes la revista Rolling Stones, a los conciertos de los Beatles acudieron desde Miguel Ríos a Ava Gadner, pasando por Rosa Montero o Joan Gaspart, que le cambió los pantalones a Lennon. Poco más de media horaCostaron entre 75 y 450 pesetas -ellos ganaron cerca del millón y medio- y duraron tan sólo 35 minutos, durante los que dieron repaso a doce canciones, como "She's a woman", "Can't buy me love", "I feel fine" y "Hard days night" cuatro de ellas versiones.A Barcelona llegaron el 3 de julio montera en mano y en plena etapa del Tour de Francia. Se alojaron en el Hotel Avenida Palace, ocupando las habitaciones 109 y 111, y fue en la Monumental donde terminaron su gira europea.Las crónicas del día siguiente resaltaban el orden público porque la juventud de una época, en la que Manuel Fraga era Ministro de Información y Turismo, "se tomó las cosas con mayor filosofía que la de otras latitudes".

SEAT 600


El SEAT 600(también conocido popularmente como Seiscientos, Pelotilla, "Seílla" o Seíta) es un automóvil de turismo del segmento A producido por el fabricante español SEAT entre los años 1957 y 1973. Fue diseñado por el italiano Dante Giacosa, que trabajaba para la casa FIAT. Fue presentado por primera vez en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1955.
En España primero se importaron algunas unidades del modelo italiano FIAT 600, pero pronto la fábrica SEAT comenzó la producción propia sobre la base del FIAT 600 bajo un acuerdo con la empresa italiana FIAT.
Este modelo fue comprado principalmente por la clase media española, que no podía acceder a comprar vehículos de mayores prestaciones. En 1957 se puso a la venta en España por el precio de 73.500 pesetas de la época (unos 24.000 euros en términos actuales).
El primer ejemplar salió de la factoría de la Zona Franca de Barcelona el 27 de junio de 1957,[1] con el número de bastidor 100-106-400.001 y se dio de baja en Valencia en 1985.
Del 600 se fabricaron diversos modelos, el conocido como Normal, D, E y L Especial sin contar modelos como el comercial, el descapotable, la formichetta, etc.
En España se realizo un diseño, alargado en 30 cm, para dotarle de cuatro puertas al que fue bautizado bajo las siglas de SEAT 800. Tuvo relativo éxito y constituye una aportación española a los diseños originales.

Hacia 1955, año en que se presentó el modelo en el Salón del Automóvil de Ginebra, Carlo Abarth no pensaba que el 600 se convertiría en el modelo más importante para su historia. Este automóvil fue tomado por Abarth para hacer numerosas preparaciones y desarrollos deportivos hasta 1971. Para trabajar en el desarrollo de los 600 apodados "venenosos", Abarth construyó una nueva planta en Turín, en el 38 del Corse Marche; donde se produjeron automóviles completos y miles de equipos especiales para preparar 600 de serie para la competición.
En España, hubo otros preparadores de SEAT 600 para la competición, entre los que destacaron la familia Juncosa, además de Conti, Autotécnica y Speedwell.
La comercialización del SEAT 600 fue disminuyendo paulatinamente debido a la creciente competencia de modelos de otras marcas que resultaban más atractivos al consumidor. Por ejemplo, el Renault 5, con una estética más moderna y mejores sistemas de seguridad, se popularizó rápidamente en el mercado europeo.
Otro motivo para el cese de la producción fue que el pilar b del 600 era débil y estrecho, lo cual dificultaba una instalación correcta de los cinturones de seguridad, que en aquellos días se hicieron obligatorios en España.
A pesar de haber tenido varios rediseños, el 3 de agosto de 1973 finalizó la producción del SEAT 600. Los trabajadores de SEAT despidieron el último 600 con una pancarta que ponía: "Naciste príncipe y mueres rey".Se fabricaron 797.419 unidades hasta 1973 en la factoría de la Zona Franca de Barcelona, de las que quedan unas 10.000 unidades en circulación.

Emigración clandestina canaria


La emigración canaria a Venezuela:[...] Desde el descubrimiento de América, enrolarse y buscar en el nuevo continente solución a las penurias que normalmente se sufrían en las islas -sequía, hambre, falta de trabajo...-, eran factores contundentes para lanzarse a la aventura. Si primero fue Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico, más tarde fue México, Argentina, Uruguay y Venezuela. Tanto los monarcas como los representantes de España en América se interesaron por llevar canarios para establecer poblaciones adeptas a la Corona en las nuevas tierras. De allí salieron las expediciones apoyadas por España a San Antonio de Texas y algunos grupos de unas decenas de familias que formaban poblaciones en los despoblados territorios.
[Reparto de tierras:]En Venezuela, a instancias del Marqués de Mijares, una treintena de familias canarias fundaron el actual Estado Miranda, San Antonio de los Altos, a pocos kilómetros de Caracas (unos 10) y tras deliberaciones con pobladores indígenas que reclamaban aquellas tierras, la justicia determinó que eran de los emigrantes traídos para su explotación. Curiosamente se constituyó una comuna, donde todos trabajaban para un fin colectivo, menos el cura, que se ocupaba de su misión religiosa. El reparto equitativo duró hasta que un día el dictador Juan Vicente Gómez quiso comprar tierras y fue imposible encontrar dueños. Posteriormente, a principios del siglo pasado, alguien necesitaba un préstamo y no encontró documento de propiedad de lo que venía explotando como terreno colectivo de los descendientes de aquella población que desde tiempo venían mimando como propiedad indivisa. Las ofertas de los dictadores, desde Páez hasta Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez, etc., que reconocían por escrito que los canarios eran una población trabajadora, hacendosa y honrada, propia para cubrir la demografía del extenso territorio venezolano (1.000.000 de kilómetros cuadrados aproximadamente) fueron desoídas por la gente del Archipiélago, que prefería ir por libre y a la aventura. Por eso pasó Santiago de Cuba y de La Habana, de Santo Domingo y fue más allá, a La Guaira, el puerto de Caracas promisora, de la Venezuela feraz y de los cultivos de café y cacao, el puerto de contrabando de moda, hasta que llegó el establecimiento de la Compañía Guipuzcoana. Fue Venezuela el lugar de preferencia de tanto canario que salía a buscar fortuna. A tal extremo llegó el movimiento que cuando alguien faltaba un par de días por nuestros pueblos, se solía decir: "Otro para La Guaira". En el litoral central se quedaron muchos de los primeros emigrantes, ya que había terrenos para la explotación agrícola en los alrededores, muchos subieron a Caracas por el camino de los españoles, que cubría hasta mil metros de altura los cerros de El Avila, para entrar por La Pastora a la que vendría en llamarse por su buen clima y sosiego "la sucursal del cielo", nombre que compartía con el de "La sultana de Avila" y a la que más recientemente Arturo Uslar Pietri llamara "La ciudad de los techos rojos".
[Ocupaciones:]Los canarios atendían la tierra y establecieron granjas de ganado y, posteriormente, acudieron a la industria -panaderías, queserías, molinerías...- También se dedicaban a las verduras, hortalizas y frutales, que si bien en un principio repartían los mismos cosecheros, luego se dio paso al isleño con su mulo y su carrito llevando por los barrios los más variados frutos de su cosecha. Una era de apogeo fue el segundo cuarto del siglo pasado, donde el reparto de variedad de productos y actividades hicieron famosa a la colectividad canaria, bien apodada "los isleños", que tomaron fama de gente honesta y laboriosa. No era, ni es lo mismo, para el venezolano, un peninsular que un isleño, y sus virtudes y sencillez le dieron la garantía de una buena acogida por los establecimientos de años que confiaron en darles tierras en arrendamientos, a medias o vendidas. Los primeros emigrantes se quedaban en puntos cercanos a La Guaira, lo que constituye el litoral central; luego fueron cubriendo zonas internas, como San Antonio de los Altos, los Teques, Cagua, y llegaron hasta los estados de Carabobo, Guárico, Lara, Yaracuy... donde todavía existen los mayores núcleos de población de ascendencia canaria.
Siglo XX:Oficialmente se dice que la época de mayor emigración fue la década de los años cincuenta, y en especial para el canario que tuvo motivaciones especiales, terminada la Guerra Civil (1936-39). Comenzó la Segunda Guerra Europea, y terminada ésta, el bloqueo impuesto a Franco por las naciones vencedoras. Consecuencia de la marginación, se vivieron años trágicos y de incertidumbre en el Archipiélago y la válvula de escape, como tantas veces en épocas anteriores fue ir más allá, a la promisora Venezuela. El descubrimiento del petróleo, los nuevos precios obtenidos a través de países Exportadores de Petróleo (OPEP) y el optimismo que se respiraba en el país con un futuro prometedor, llevó una ingente cantidad de canarios a la tierra de Bolívar, que apenas tenía un siglo de independencia y fue meta de ilusiones y lugar donde se rehabilitó el isleño en trabajo e incluso hasta en fortuna, que si bien no era cuantiosa, fue la base de un progreso muy perceptible en Canarias con las ayudas del flujo de divisas a los familiares. Este hecho se notó en un resurgir de la industria de la construcción y en la reparación y mejoras de las viejas instalaciones agrícolas y viviendas. La década de los 40 había sido de difícil y acuciante salida de Canarias, problemas para obtener pasaportes y visados, imposibilidad de contratos... se superaron con la emigración clandestina. Casi sin documentos, hacinados en velero de corta eslora, forjaron las odiseas más increíbles de la emigración canaria. Las estadísticas señalan que en el año 1954 llegaron a Venezuela 74.000 emigrantes oficialmente, pero esa cifra era rebasada por los canarios que no iban contratados, sino como transeúntes, turistas o como simples visitantes y se quedaban en el país junto a padres y familiares, nacionalizándose para tener derecho al establecimiento comercial e industrial. Se cifró en aquellos años en más de 150.000 los canarios dispersos en todo el país hermano. La mejoría de Canarias y de España en la década de los 70, estimuló el retorno de muchos residentes de años en Venezuela, que se mostraba como un país sin los avances de décadas anteriores. Un descalabro económico sufrido a principios de los años 80 motivado por la devaluación de la moneda, colmó la incertidumbre del país más próspero de América. [...] Juan S. Henríquez González

Integración y participación canaria:La presencia de los canarios en la llamada "Tierra de Gracia" se remonta a los primeros años de la llegada de los europeos. En primer lugar hay que resaltar la figura del herreño Francisco de León, precursor de la independencia en 1749, a raíz de una sublevación que se oponía al monopolio que, en comercio exterior, ostentaba la Compañía Guipuzcoana, cuyo bello y noble edificio, que recuerda la arquitectura insular, aún puede admirarse en el Puerto de la Guaira. Venezuela en el siglo XVIII tuvo una enorme prosperidad, lo que le permitió un desarrollo destacado, incluso en el terreno de las bellas artes, y tener una gran autonomía del Virreinato de Santa Fe, con una población en el año 18*8, según datos de Humboldt que comenta el historiador Guillermo Morón, de 900.000 habitantes, de los que 12.000 eran "blancos peninsulares y canarios". El monopolio comercial de la Real Compañía Guipuzcoana encuentra, desde su creación en 1728, un decidido rechazo, que se manifiesta "en sublevaciones como la de Andresote (1730-1732), en los valles de Yaracuy, y principalmente de Juan Francisco de León, en Panaquire, cerca de Caracas, que se alza con los campesinos y el apoyo de los hacendados, toma Caracas y casi da un golpe de Estado en 1749, lo que le convierte, por las razones que le mueven y a quienes le ayudan en un claro precursor de la independencia. De León murió en Cádiz en 1572 sin llegar a ver la independencia. El canario, en mayor o menor número ha sido un elemento importante en la conformación histórica de Venezuela. (J.J.Laforet)
"a nadie hoy se le esconde que esta gran Nación, Venezuela, desde sus primeros días, expresó el deseo de contar con Canarias en el proceso de su desarrollo económico. Así, cuando las heridas de la guerra de independencia eran aún muy recientes, esta república en forja puso su mirada hacia las islas Canarias, donde buscó y halló la comprensión y la colaboración de una población que, no sólo conocía y se adaptaba bien a su geografía, sino que necesitaba de ella para expandirse como pueblo, ya que las hermosas "Peñas Atlánticas también atravesaban uno de sus cíclicos malos momentos". (Vicente Alvarez Pedreira. Canarios en Venezuela)
"los naturales de las Islas Canarias podían trasladarse a este país con facilidad y grandes ventajas, porque su religión, idioma y laboriosidad, son medios ciertos y honestos y experimentados ya en nuestros fértiles campos". (Decreto de 12 de junio de 1831. Primera regulación oficial de a inmigración que hace Venezuela).
"el Gobierno de la República insistió en que fuesen del Archipiélago Canario los nuevos hombres cuyo sudor contribuiría a reanimar la vida nacional". (Dr.Rodríguez Campos. La libranza del sudor).
"generalmente el hombre que emigra lo hace siempre con la perspectiva de lograr en esa nueva sociedad lo que en su país de origen no puede alcanzar... Todo hombre alimenta secretamente el sueño o la utopía de una tierra prometida , de un lugar donde sin obstáculos, pueda llegar a ser lo que es o lo que cree ser, desarrollar su identidad cultural sin presiones". (Selim Abou)
"ese flujo de gente Isleña a las tierras venezolanas , que se había venido sucediendo sin orden ni concierto en los tiempos azarosos de la Conquista, toma un mayor incremento en las décadas finales del siglo XVII y primeras del siguiente. En 1681, por ejemplo, partía desde Tenerife una expedición de 54 familias con destino a Cumaná, y hacia esta misma ciudad salía otro grupo de 31 familias al año siguiente. Con destino a las costas de Caracas salía otra expedición pobladora en 1683, y hacia Maracaibo, Trinidad y La Guaira se apuntan en esos tiempos diversas emigraciones Canarias... aquella semilla sembrada en Panaquire se diluyó en el tiempo, se machacó en los soles de esa tierra brava, se mezcló con la sangre de otros hombres. Ya no hay Isleños, ni negros, ni indios, sólo los genes floreciendo en los recovecos de la sangre. Queda el nombre y el recuerdo de una historia fundadora, y de una gesta que ayudó a afincar la idea informe de una Patria". (L.G.Castillo Lara. La aventura fundacional de los isleños. Panaquire y Juan Francisco de León)
Según Rodríguez Campos entre 1830 y 1859 entró en Venezuela un contingente superior a las diez mil personas procedentes de Canarias. Tras la guerra civil española la emigración canaria toma un impulso tan grande que no pudo frenar ni la prohibición ni las graves dificultades legales para emigrar, junto con los medios de transporte vejatorios e inseguros, que costaron la vida a los integrantes de más de una expedición clandestina.
"sin pasaportes ni visas, ni medios económicos para realizar el viaje transoceánico, millares de canarios se arrojaron al mar en pequeñas y anacrónicas embarcaciones rumbo al Suroeste, con la esperanza de arribar a una tierra de promisión y libertad: Venezuela". (Díaz Sicilia.Al Suroeste la libertad)
La dominación canaria (1812):Entre los siglos XVII y XVIII fue grande la contribución de los isleños en la expansión y consolidación de la economía y sociedad venezolanas. Llegaron con la perspectiva de convertirse en cultivadores de autoconsumo, mercaderes o hacendados de grandes extensiones cacaoteras, cafetaleras o ganaderas. Los oficios y la mercadería (pulperos, bodegueros, arrieros, mercaderes, zapateros, carpinteros, herreros, albañiles, pintores) eran ejercidos por canarios ya que eran considerados ocupaciones innobles para peninsulares y mantuanos. Los privilegios estaban reservados a los blancos peninsulares (oficiales de la corona), los mantuanos criollos y a un reducido número de canarios hacendados. Tras los sucesos de 1810 se crea la Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII que defiende el poder real. El 19 de abril un golpe de mano depone al Capitán General don Vicente Emparán. El Cabildo caraqueño queda en manos de la oligarquía criolla y su política responde a los intereses de su clase: peninsulares, mantuanos y canarios ricos. Estos intereses eran: libertad de comercio, proscripción de la trata de blancos (no así la esclavitud) y el de restringir el derecho al voto sólo a los grandes propietarios. En un principio los canarios toman partido por el nuevo orden, ya que eran completamente hostiles al poder político y al control monopolista del comercio por parte de los representantes de la Corona. Sin embargo, la posición social de relegados y los intereses económicos de la gran masa de humildes canarios se enfrentaba tanto a la oligarquía criolla como a los comerciantes peninsulares (vascos en su mayoría). Por ello, los canarios de nivel social inferior se unen a las fuerzas contrarrevolucionarias. Los canarios ricos y poderosos continuaron fieles a la Primera República.
[Levantamientos tras la independencia:]El 5 de julio de 1811 se firma el Acta de la Independencia de Venezuela. Entre el mes de julio de 1811 y comienzos de 1812 se producen varias sublevaciones de canarios contra el Gobierno de la Primera República; la mayoría de estos isleños desafectos son pasados por las armas y otros sufren severas prisiones. Entonces surge la ofensiva realista dirigida por un capitán de navío canario llamado Domingo Monteverde y Rivas. El grueso de sus fuerzas contrarrevolucionarias está integrado por canarios, pardos esclavos libres. Partió desde Coro y reconquistó fácilmente el territorio en manos de los republicanos al firmar el Generalísimo Francisco de Miranda la Capitulación. Conquistado el poder, la primera medida de Monteverde es nombrar como asesores a una serie de paisanos, en su mayoría resentidos y con ansias de revancha hacia los poderosos mantuanos y ricos peninsulares. Algunos, como el eminente médico Antonio Gómez, hijo del ilustrado granadino José Antonio Gómez y de una grancanaria, apoyó en un principio a la Primera República; luego, resentido y con una incontenible sed de venganza, fue el mayor instigador de la represión que ejerció el gobierno de Monteverde en un año terrible (1812), conocido en la historia de Venezuela como "la dominación canaria". Cometieron toda clase de desafueros con los patriotas, sus familias y propiedades. Para la época, Caracas se convertiría en el centro económico y político de la provincia. [...] La Candelaria fue el barrio periférico en el que preferentemente se fueron asentando los isleños desde el último tercio del siglo XVII. Allí edificaron la ermita que le da nombre, más tarde convertida en parroquia y en símbolo de todo lo canario. (Javier Díaz Sicilia)
Atentado contra Luis Carrero Blanco


El día 20 de diciembre de 1973 el Presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco se dirigía a su domicilio después de oír misa en la iglesia de San Francisco de Borja, en Madrid, y al llegar a la calle Claudio Coello, esquina a Maldonado, una inmensa explosión lanzó al coche en que viajaba a una altura de más de veinte metros de altura provocando su muerte y la de otras dos personas más.
En aquella ocasión los terroristas de ETA aseguraron que aquellas muertes (también las de las otras dos personas inocentes) eran necesarias para conseguir la democracia. Lo curioso fue que los terroristas "sólo" asesinaron a 45 personas durante la dictadura y, hasta el momento, a 765 durante la democracia...
¿Demuestra eso que ETA está en favor de la democracia?.

En la fotografía de la derecha se puede apreciar el gigantesco cráter producido por la potentísima explosión.
Los terroristas compraron un semisótano en el número 104 de la calle Claudio Coello y a partir de allí hicieron un túnel hasta el centro de la calzada donde pusieron cerca de 100 kilogramos de goma-2 que hicieron explosionar al paso del coche de Carrero Blanco.
Fueron acusados de aquel asesinato los etarras José Ignacio Abaitua Gomeza "Marquín", José Miguel Beñarán Ordeñara "Argala", Pedro Ignacio Pérez Beotegui "Wilson", Javier María Larreategui Cuadra "Atxulo", José Antonio Urruticoechea Bengoechea "Josu" y Juan Bautista Eizaguirre Santiesteban "Zigor", todos ellos refugiados en Francia y, en aquella época, protegidos por este país.


En la foto de la izquierda puede verse el patio interior del edificio de seis pisos de los Jesuitas en el momento en que el Dodge Dart de Carrero Blanco se descuelga de la cornisa tras haber "volado" por encima del tejado.
La explosión fue tan violenta que proyectó el pesado vehículo hacia arriba a una altura tal que pasó por encima del edificio hasta caer en el patio interior.
Estado del vehículo después de caer definitivamente en el patio de la Casa Profesa de los Jesuitas.
Tras el atentado los tres ocupantes del vehículo fueron trasladados al hospital ya que ninguno de ellos falleció en el acto, pero las heridas sufridas eran de tal gravedad que ninguno de los tres sobrevivió.
En este gráfico puede verse la trayectoria seguida por el Dodge Dart de Carrero Blanco tras la explosión de la bomba.
Sin duda los terroristas quisieron dejar bien claro que eran capaces de asesinar a cualquiera para conseguir sus propósitos, y pretendieron demostrar que podían quebrantar la seguridad del régimen... Aunque hay que reconocer que no debió ser muy difícil; al fin y al cabo Carrero Blanco pasaba todos los días por aquella calle para ir a misa...
Sí, realmente es muy fácil matar a cualquiera...

Con la muerte de Carrero Blanco podría decirse que se acababa definitivamente el régimen franquista y eso lo sabía muy bien ETA, como también sabía que con este asesinato se granjearían ciertas simpatías por parte de los contrarios al régimen de Franco. Al mismo tiempo conseguirían que el ejército y el gobierno se posicionasen aún más a la derecha endureciendo la dictadura, lo que produciría un importante distanciamiento del pueblo e incluso un enfrentamiento entre "las dos Españas"... En otras palabras, el asesinato de Carrero Blanco fue uno de los primeros intentos de ETA para que a España nunca llegase la democracia, pero por desgracia para ellos y por suerte para los demócratas, no se salieron con la suya... Ni el ejército se sublevó, ni el gobierno se endureció, ni el pueblo llegó a enfrentarse...
Pocos años después España conseguía ser una de las mejores democracias del mundo.

Las dos personas que los terroristas asesinaron junto a Carrero Blanco fueron su conductor, un civil llamado José Luis Pérez Mojena y su escolta Juan Bueno Fernández al cual puede verse en la fotografía de la izquierda.
Como se puede comprobar, ya desde entonces ETA no se paraba en minucias a la hora de conseguir sus objetivos. Si quería asesinar a una determinada persona no le importaba que también cayesen con ella todas las que en aquel momento estuviesen a su lado.
En eso ETA no ha cambiado nada... Aunque en el fondo, ¿ETA ha cambiado en algo?.
Dictadura Peronista
Juan Domingo Perón (*Lobos, Argentina, 8 de octubre de 1895 – †Olivos, 1 de julio de 1974) fue un político y militar argentino, creador del movimiento peronista.
Se destacó por su labor en el Departamento Nacional de Trabajo (luego elevado a la categoría de secretaría de rango ministerial), al que accedió durante la presidencia de facto del General Pedro Pablo Ramírez, y en el cual tomó numerosas medidas que favorecieron a los sectores obreros. Aunque dichas medidas lo hicieron popular entre la clase trabajadora, le granjearon la oposición de numerosos sectores que, dirigidos por el embajador estadounidense Spruille Braden, se nuclearon en un frente antiperonista. En ese período fue designado también Vicepresidente de la Nación y Ministro de Guerra. Perón fue destituido por un golpe de estado y encarcelado en la isla Martín García, pero fue liberado luego de una gran movilización obrera a la Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945.
Fue elegido Presidente de la Nación Argentina en tres ocasiones. La primera fue en las elecciones del 24 de febrero de 1946, para el periodo 1946–1952; la segunda al ser reelegido en las elecciones del 11 de noviembre de 1951 para el período 1952–1958, que no alcanzó a completar debido al golpe militar que lo derrocó el 16 de septiembre de 1955. Finalmente, tras 18 años de exilio, regresó al país y fue elegido por tercera vez presidente el 23 de septiembre de 1973 para el periodo 1973-1977, que no pudo completar a causa de su fallecimiento.
Murió el 1 de julio de 1974 en ejercicio de la presidencia, sucediéndolo su viuda María Estela Martínez de Perón, quien había sido elegida como vicepresidenta.
El G.O.U. tenía estrechas relaciones con el General Pedro Ramírez (su hijo el Coronel Emilio Ramírez y su yerno el Capitán Franciso Filippi eran miembros fundadores), quien se desempeñaba como Ministro de Guerra del presidente Ramón Castillo. El día anterior al golpe el presidente le pidió la renuncia, desencadenando la sublevación, a partir del apoyo de los jefes de tropa que se reunieron con los generales Rawson y Ramírez la noche anterior en Campo de Mayo. El 4 de junio de 1943 una gran columna partió de Campo de Mayo para derrocar al presidente Castillo y dar origen a la llamada Revolución del 43.
El historiador estadounidense Robert Potash, que ha estudiado en detalle la actuación del ejército en la historia argentina moderna, ha relativizado mucho la participación del GOU en el golpe de estado de 4 de junio:
La dirección del GOU no controlaba directamente los recursos militares necesarios para realizar una revolución... El movimiento militar del 4 de junio no fue resultado de un plan elaborado cuidadosamente por el GOU, o siquiera por cualquier otro grupo de oficiales... Más bien fue una rápida improvisación cuyos participantes apenas concertaron acuerdos en relación con objetivos específicos, fuera del derrocamiento del presidente Castillo.
La dirección del movimiento recayó en el General Arturo Rawson, un militar que frente a la Segunda Guerra Mundial era partidario del tradicional neutralismo argentino, pero cuyas preferencias estaban virando hacia el bando aliado. Rawson venía organizando un golpe de estado contra el gobierno de Castillo y dirigía un logia conocida como los generales de Jousten, en la que también participaban los hermanos Benito y Sabá Sueyro, el general Mason y el dirigente radical Ernesto Sammartino.
Rawson aparecía como una figura aceptable para todas las corrientes militares, pero cuando intentó formar su gabinete con sectores de derecha provenientes del régimen derrocado, los jefes militares exigieron su renuncia para designar presidente al General Pedro Pablo Ramírez. El contraalmirante Sabá Sueyro fue designado vicepresidente. Ningún miembro del GOU integró el gabinete, pero el Coronel Enrique P. González fue designado a cargo de la estratégica secretaría privada de la presidencia y el Coronel Emilio Ramírez Jefe de Policía.
Evita Perón

María Eva Duarte de Perón (Junín o Los Toldos Provincia de Buenos Aires, Argentina; 7 de mayo de 1919 - Buenos Aires; 26 de julio de 1952), conocida como Evita, fue una actriz y política argentina.
Como primera dama, promovió el reconocimiento de los derechos de los trabajadores y de la mujer, entre ellos el sufragio femenino y realizó una amplia obra social desde la Fundación Eva Perón.
Eva Duarte era una adolescente cuando llegó a Buenos Aires el 3 de enero de 1935 con quince años. Ella fue parte de un gran proceso migratorio interno que comenzó luego de la crisis económica de 1929. Esta gran migración, en la historia argentina, tuvo como protagonistas a los llamados cabecitas negras, un término despectivo y racista utilizado por las clases media y alta de Buenos Aires para referirse a esos migrantes no europeos, diferentes de los que habían caracterizado la inmigración en Argentina hasta ese entonces. La gran migración interna de los años '30 y '40 y los llamados cabecitas negras constituyeron la mano de obra que impulsó el desarrollo industrial en Argentina y fueron la base social del peronismo a partir de 1943.
A poco de llegar Eva Duarte obtuvo un empleo para actuar en un papel secundario en la compañía teatral de Eva Franco, una de las principales de la época. El 28 de marzo de 1935 debutó profesionalmente en la obra La Señora de los Pérez, en el Teatro Comedias. Al día siguiente el diario Crítica realizó el primer comentario público que se conoce sobre Evita:
Muy correcta en sus breves intervenciones Eva Duarte
Durante los siguientes años Eva transitará un camino de escaseces y humillaciones, viviendo en pensiones baratas, y actuando intermitentemente para las compañías de teatro. Su compañía principal en Buenos Aires fue su hermano Juan Duarte, Juancito, cinco años mayor que ella, el hombre de la familia, con quien mantuvo siempre una estrecha relación y que también había migrado a la capital pocos meses antes de que lo hiciera Eva.

1939. Fotografía de Annemarie Heinrich
En 1936 fue contratada por la Compañía Argentina de Comedias Cómicas liderada por Pepita Muñoz, José Franco y Eloy Alvárez para realizar una gira de cuatro meses por Rosario, Mendoza y Córdoba. Durante esta gira, Eva aparece brevemente mencionada en una crónica del diario Diario La Capital de Rosario del día 29 de mayo comentando el estreno de la obra “Doña María del Buen Aire” de Bayón y Herrera, una comedia sobre primera fundación de Buenos Aires:
Completaron con acierto el espectáculo Oscar Soldatti, Jacinto Aicardi, Alberto Rella, Fina Bustamante y Eva Duarte.
El domingo 26 de julio, el mismo diario La Capital de Rosario publicó su primera foto pública conocida, con el siguiente epígrafe:
Eva Duarte, joven actriz que ha logrado destacarse en el transcurso de la temporada que hoy termina en el Odeón.
En estos primeros años de sacrificios Eva estableció una estrecha amistad con otras dos por entonces oscuras actrices como ella, Anita Jordán y Josefina Bustamente, que mantuvo por el resto de su vida. Eva es recordada por la gente que la conoció entonces como una jovencita morocha, muy flaca y débil, que tenía el sueño de convertirse en una actriz importante, con una gran alegría, fuerza y sentido de la amistad y la justicia.

Primera portada de Eva, Revista Sintonía, 25 de octubre de 1939, con Alberto Vila
Pierina Dealessi, una actriz e importante empresaria teatral que contrató a Eva en 1937 recuerda:
Conocí a Eva Duarte en 1937. Ella se presentó tímidamente: quería dedicarse al teatro. Vi una cosita tan delicadita que le dije a José Gómez, representante de la compañía donde yo era empresaria, que le diera ubicación en el elenco. Era una cosita tan etérea, que le pregunté: ¿Damita joven, verdad? Su respuesta afirmativa sonó muy baja, tímidamente. Estábamos haciendo la obra "Una boîte rusa"; la probé y me pareció buena. En sus primeras actuaciones decía pequeños parlamentos, pera jamás hizo "bolos". En la escena, que representaba una boîte, Eva tenía que aparecer con otras chicas, bien vestida. Su figura era monísima. La chica se llevaba bien con todos. Tomaba mate con sus compañeras. Lo preparaba en mi camarín. Ella vivía en pensiones, era muy pobre, muy humilde. Venía temprano al teatro, charlaba con todos, reía, compraba bizcochitos. Yo la veía tan delgadita, tan débil que le decía: ¡Tenés que cuidarte, comer mucho, tomá mucho mate que eso te hace muy bien! Y yo le ponía leche al mate.
Lentamente Eva fue logrando un cierto reconocimiento, participando primero en películas como actriz de segunda línea, también como modelo, apareciendo en la tapa de algunas revistas de espectáculos, pero sobre todo comenzó una carrera exitosa como locutora y actriz de radioteatros. En agosto de 1937 obtuvo su primer papel en un radioteatro. La obra, que se transmitía por Radio Belgrano, se llamaba Oro blanco y estaba ambientada en la vida cotidiana de los trabajadores del algodón en el Chaco.
El destacado actor Marcos Zucker, compañero de trabajo de Eva cuando recién se iniciaban, recuerda aquellos años del siguiente modo:
Conocí a Eva Duarte en 1938, en el Teatro Liceo, mientras trabajábamos en la obra "La gruta de la Fortuna". La compañía era de Pierina Dealessi y actuaban Gregorio Cicarelli, Ernesto Saracino y otros. Ella tenía la misma edad que yo. Era una muchacha con ganas de sobresalir, agradable, simpática y muy buena amiga de todos, especialmente mía, porque después, cuando tuvo oportunidad de hacer radioteatro en "Los jazmines del ochenta", me llamó para trabajar con ella. Desde la época en que la conocía en el teatro y ahora que hacía radio se produjo en Eva una transformación. Ya se calmaban sus ansiedades artísticas, estaba más aplacada, con menos tensiones. En la radio era una damita joven, cabeza de compañía. Sus audiciones tenían mucha audiencia, andaban muy bien. Ya comenzaba a tener popularidad como actriz. A pesar de todo lo que se dice por allí, los galanes teníamos poco trato, dentro del teatro, con las chicas. Sin embargo, yo era muy amigo de ella y guardo muy buenos recuerdos de aquel período de nuestras vidas. Los dos estábamos en la misma porque recién empezábamos y necesitábamos sobresalir, abrirnos camino.

Eva encontró la popularidad en el radioteatro
A fines de 1938, con 19 años, Eva logró encabezar el elenco de la recién creada Compañía de Teatro del Aire junto a Pascual Pelliciotta, otro actor que como ella había trabajado durante años en papeles secundarios. El primer radioteatro que puso en el aire la compañía fue Los jazmines del ochenta, de Héctor P. Blomberg, por Radio Mitre, de lunes a viernes.
Simultáneamente comenzó a actuar más asiduamente en películas como El más infeliz del pueblo, con Luis Sandrini, La carga de los valientes y Una novia en apuros en 1941.
En 1941 la compañía puso en el aire el radioteatro Los amores de Schubert, de Alejandro Casona, por Radio Prieto.
En 1942 dio el salto definitivo a la estabilidad económica al ser contratada por la Compañía Candilejas, auspiciada por la empresa Jabón Radical, que difundiría todas las mañanas por Radio El Mundo un ciclo de radioteatros. Ese mismo año Eva fue contratada por cinco años para realizar diariamente por la noche, un radioteatro llamado Grandes Mujeres de todos los tiempos, en el que se dramatizaban las vidas de mujeres famosas. Se transmitió por Radio Belgrano y se hizo sumamente popular. Muñoz Azpiri, el libretista, sería quien años después le escribiría sus primeros discursos políticos. Radio Belgrano, por entonces estaba dirigida por Jaime Yankelevich quien tendría un papel fundamental en la creación de la televisión argentina.
Entre el radioteatro y las películas Eva finalmente logró una situación económica estable y cómoda. De este modo, en 1942 pudo abandonar las pensiones y comprarse su propio departamento, frente a los estudios de Radio Belgrano, ubicado en el exclusivo barrio de Recoleta, en la calle Posadas 1567, el mismo donde tres años después comenzaría a vivir con Juan D. Perón.
El 3 de agosto de 1943 Eva comenzó también a actuar sindicalmente y fue una de las fundadoras de la Asociación Radial Argentina (ARA), primer sindicato de los trabajadores de la radio.
En los primeros días de 1944 Eva conoció a Juan Perón. En esa época la Argentina atravesaba un momento crucial de transformaciones económicas, sociales y políticas.
Económicamente, el país en los años anteriores había cambiado completamente su estructura productiva debido a un gran desarrollo de la industria. En 1943 la producción industrial había superado a la producción agropecuaria por primera vez.
Socialmente, el país estaba viviendo una gran migración interna, del campo a la ciudad, empujada por el desarrollo industrial. Ello llevó a un amplio proceso de urbanización y un notable cambio de la población en las grandes ciudades, especialmente Buenos Aires debido a la irrupción de un nuevo tipo de trabajador y trabajadora no europeos. Fueron llamados despectivamente cabecitas negras por las clases medias y altas, debido a que usualmente tenían el pelo, la piel y los ojos más oscuros que el de algunos inmigrantes europeos. La gran migración interna se caracterizó también por la presencia de una gran cantidad de mujeres buscando ingresar al nuevo mercado de trabajo asalariado que estaba creando la industrialización.
Políticamente, el país vivía una crisis profunda de los partidos políticos tradicionales que habían convalidado un sistema corrupto y abiertamente fraudulento fundado en el voto cantado y en el clientelismo. Ese período es conocido en la historia argentina como Década Infame (1930-1943) y fue dirigido por una alianza conservadora conocida como La Concordancia. Ante la corrupción escandalosa del gobierno conservador el 4 de junio de 1943 se produjo un golpe de Estado militar que abrió un confuso período de reorganización y realineamiento de las fuerzas políticas. Al producirse el golpe militar el teniente coronel Juan D. Perón era un joven integrante de la tercera fila del nuevo gobierno.
En 1943, poco tiempo después de comenzado el gobierno militar, un grupo de sindicatos mayoritariamente socialistas y sindicalistas revolucionarios, encabezados por el dirigente sindical más importante de la década del '30, el socialista Ángel Borlenghi, tomó la iniciativa de establecer contactos con oficiales jóvenes que tuvieran simpatía por los reclamos de los trabajadores. Del lado militar, fueron los coroneles Juan Perón y Domingo Mercante quienes encabezaron el grupo militar que resolvió hacer una alianza con los sindicatos para impulsar el programa histórico que el sindicalismo argentino venía proponiendo desde 1890.
La alianza militar-sindical encabezada por Perón y Borlenghi fue imponiendo grandes conquistas laborales (convenios colectivos, Estatuto del Peón de Campo, jubilaciones, etc.) y ganando en consecuencia un apoyo popular que le permitió comenzar a ocupar posiciones importantes en el gobierno. El primer cargo lo obtuvo precisamente Perón, cuando fue designado al frente del insignificante Departamento de Trabajo. Poco después obtenía que el departamento fuera elevado a la importante jerarquía de Secretaría de Estado.
Paralelamente al avance de las conquistas sociales y laborales obtenidas por el grupo sindical-militar dirigido por Perón y Borlenghi, y al creciente apoyo popular al mismo, comenzó a organizarse también una oposición encabezada por los grupos patronales, militares y estudiantiles tradicionales, con apoyo abierto de la embajada de Estados Unidos, que fue ganando apoyo en la clase media y alta. Este enfrentamiento sería inicialmente conocido como las alpargatas contra los libros.
Eva, con 24 años, conoció a Perón, viudo desde 1938, el 22 de enero de 1944 en un acto realizado en el estadio Luna Park por la Secretaría de Trabajo y Previsión con el fin de condecorar a las actrices que más fondos habían recaudado en la colecta de solidaridad con las víctimas del terremoto que asoló la ciudad de San Juan. Las actrices que resultaron primeras fueron Niní Marshall y Libertad Lamarque.
En febrero Perón y Eva ya estaban viviendo juntos en el departamento de esta última, de la calle Posadas.
Eva siguió desarrollando su carrera artística. Por entonces trabajaba en tres programas radiales diarios: Hacia un futuro mejor (10:30), donde difundía las conquistas sociales y laborales que conseguía la Secretaría de Trabajo, el radioteatro Tempestad (18:00) y Reina de reyes (20:30). También actuó en dos películas, "La cabalgata del circo", con Hugo del Carril y Libertad Lamarque y "La pródiga" que no llegó a estrenarse en su época.
Ese año resultó elegida presidenta de su sindicato, la Asociación Radial Argentina.
El año 1945 fue clave para la historia argentina. La confrontación entre sectores sociales se agudizó y la oposición entre alpargatas y libros se transformó en peronismo y antiperonismo.
El 8 de octubre a la noche se produjo un golpe de Estado dirigido por el general Eduardo Avalos que exigió de inmediato y obtuvo la renuncia de Perón al día siguiente. Durante una semana los grupos antiperonistas tuvieron el control del país pero no se decidieron a tomar el poder. Perón y Eva permanecieron juntos, circulando por diversas casas, entre ellas la de Elisa Duarte, la segunda hermana de Eva. El 13 de octubre Perón fue detenido en el departamento de la calle Posadas y confinado en la cañonera Independencia que zarpó hacia la Isla Martín García.
Ese mismo día Perón le escribió una carta a su amigo el Coronel Mercante en la que le menciona a Eva Duarte, llamándola Evita:
Le encargo mucho a Evita, porque la pobrecita tiene sus nervios rotos y me preocupa su salud. En cuanto me den el retiro, me caso y me voy al diablo.
El 14 de octubre Perón le escribió a Eva una carta desde Martín García en la que le dice entre otras cosas:
... Hoy he escrito a Farrell pidiéndole que me acelere el retiro, en cuanto salgo nos casamos y nos iremos a cualquier parte a vivir tranquilos... ¿Qué me decís de Farrell y de Avalos? Dos sinvergüenzas con el amigo. Así es la vida... Te encargo le digas a Mercante que hable con Farrell para ver si me dejan tranquilo y nos vamos al Chubut los dos....Trataré de ir a Buenos Aires por cualquier medio, de modo que puedes esperar tranquila y cuidarte mucho la salud. Si sale el retiro, nos casamos al día siguiente y si no sale, yo arreglaré las cosas de otro modo, pero liquidaremos esta situación de desamparo que tú tienes ahora...Con lo que yo he hecho estoy justificado ante la historia y se que el tiempo me dará la razón. Empezaré a escribir un libro sobre esto y lo publicaré cuanto antes, veremos entonces quien tiene razón ...
Por entonces parecía que Perón había sido definitivamente desplazado de la actividad política y que, en el mejor de los casos, se retiraría con Eva, para vivir en la Patagonia. Sin embargo a partir del día 15 de octubre los sindicatos comenzaron a movilizarse para exigir la libertad de Perón, hasta desencadenar la gran manifestación del 17 de octubre que finalizó con su liberación, provocó la recuperación de las posiciones en el gobierno que tenía la alianza militar-sindical y abrió el camino para la victoria en las elecciones presidenciales.

Escribanía Ordiales, en Junín, encargada de confeccionar el acta de matrimonio civil entre Eva Duarte y Juan Domingo Perón en 1945. Enfrente se encontraba la casa de la familia Duarte. Actualmente es la sede del Tribunal de Trabajo.
La actividad de Eva el 17 de octubre de 1945 es muy discutida entre los historiadores. La versión tradicional le asignó un papel decisivo en la movilización de los trabajadores que ocuparon Plaza de Mayo. Sin embargo se encuentra probado que su papel en esas jornadas fue muy limitado si es que jugó alguno. En ese momento, Eva Duarte aún carecía de identidad política, de contactos en los sindicatos y de apoyo firme en el círculo íntimo de Perón. Los testimonios históricos son abundantes en señalar que el movimiento que liberó a Perón fue organizado directamente por los sindicatos en todo el país y la CGT.
El periodista Héctor Daniel Vargas ha revelado que el 17 de octubre Eva Duarte estaba en Junín seguramente en la casa de su madre, y menciona como prueba un poder firmado por ella ese mismo día en esa ciudad. Al parecer podría haber llegado a Buenos Aires esa tarde.
Como Perón había dicho en sus cartas, pocos días después, el 22 de octubre se casó con Eva en Junín. El acontecimiento ocurrió en la Escribanía Ordiales, que funcionaba en una casona que aún existe en la esquina de Arias y Quintana, en el centro de la ciudad. El escritorio utilizado para confeccionar el acta de matrimonio civil se encuentra actualmente expuesto en el Museo Histórico de Junín.
Dos días después se realizó la ceremonia de matrimonio católico en la iglesia de San Francisco, orden muy apreciada por Eva, en la ciudad de La Plata.
Eva Perón enfermó de un cáncer de útero. Su primera manifestación sucedió el 9 de enero de 1950 cuando sufrió un desmayo en el acto de fundación del Sindicato de Taxistas.
A comienzos de 1951 vuelve a desmayarse en la Fundación Eva Perón, razón por la cual trasladó su oficina a la residencia presidencial, ubicada en aquel entonces en Austria y Libertador, donde hoy se encuentra la Biblioteca Nacional.
El 15 de octubre publicó su libro "La razón de mi vida", escrito con la ayuda del periodista español Manuel Penella entre otros, con una primera edición de 300.000 ejemplares. Luego de su muerte se convertiría en libro de lectura en las escuelas.
El avance del cáncer la volvía cada vez más débil y la obligaba a guardar reposo. Pese a ello participaba en los actos públicos. Uno de los más importantes de este período final de su vida fue el del 17 de octubre de ese año. El discurso que Evita pronunció ese día ha sido considerado como su testamento político; en él menciona nueve veces su propia muerte.
El 5 de noviembre de 1951 fue intervenida quirúrgicamente por el famoso médico oncólogo norteamericano, George Pack, en el Hospital de Avellaneda, construido por la propia Fundación Eva Perón. Seis días después votó allí, en su cama, en las elecciones generales que consagraron la reelección de Perón. Actualmente esa sala ha sido convertida en Museo
Por esa época Eva Perón empezó a dictar su último libro, conocido como Mi Mensaje, dictado al dirigente sindical de los docentes, Juan Jiménez Domínguez, y finalizado pocos días antes de morir. Se trata del texto más encendido y emocional de Evita, uno de cuyos fragmentos fue leído luego de su muerte, el 17 de octubre de 1952, en el acto de Plaza de Mayo, y que luego se extravió, para ser hallado en 1987. Sus hermanas sostuvieron entonces que se trataba de un texto apócrifo, iniciando un juicio que finalizó en 2006 estableciendo que se trata de un texto auténtico. Los siguientes fragmentos de Mi Mensaje, dan una idea de la naturaleza de su pensamiento en los últimos días de su vida:
Me rebelo indignada con todo el veneno de mi odio, o con todo el incendio de mi amor —no lo sé todavía— en contra del privilegio que constituyen todavía los altos círculos de las fuerzas armadas y clericales.
A Perón y a nuestro pueblo les ha tocado la desgracia del imperialismo capitalista. Lo he visto de cerca en sus miserias y crímenes. Se dice defensor de la justicia mientras extiende las garras de su rapiña sobre los bienes de todos los pueblos sometidos a su omnipotencia... Pero más abominables aun que los imperialistas son las oligarquías nacionales que se entregan vendiendo y a veces regalando por monedas o por sonrisas la felicidad de sus pueblos
El 18 de julio de 1952 entró en coma por primera vez. Recibió tratamiento de rayos en varias ocasiones. Murió a la edad de 33 años, el 26 de julio de 1952, a las 20:25.
Tras su muerte la CGT declaró tres días de paro y el gobierno estableció un duelo nacional de 30 días. Su cuerpo fue velado en la Secretaría de Trabajo y Previsión hasta el 9 de agosto que fue llevado al Congreso de la Nación para recibir honores oficiales, y luego a la CGT. La procesión fue seguida por más de dos millones de personas y su paso por las calles recibió una lluvia de claveles, orquídeas, crisantemos, alhelíes y rosas arrojados desde los balcones cercanos.
Su cuerpo fue embalsamado y mantenido en exposición en la CGT. Mientras tanto, el gobierno empezó las obras del Monumento al Descamisado, que se había proyectado en base a una idea de Evita y que, según un nuevo plan, sería su tumba definitiva. Cuando la Revolución Libertadora derrocó a Perón el 23 de septiembre de 1955, el cadáver fue secuestrado y hecho desaparecer durante 14 años.
Durante la dictadura militar llamada Revolución Libertadora (1955-1958) que derrocó al presidente Juan Perón, un comando al mando del teniente coronel Carlos de Moori Koenig secuestró el cuerpo de Evita, el 22 de noviembre de 1955 por la noche, que se encontraba en la CGT. La orden la había dado el dictador al mando del país en ese momento, General Pedro Eugenio Aramburu. Desde ese momento se estableció un itinerario macabro y perverso. Moori Koenig puso el cadáver dentro de una camioneta y lo mantuvo en su interior durante varios meses, estacionándola en distintas calles de Buenos Aires, en depósitos militares, o incluso en la casa de un militar. Una noche incluso, los militares llegaron a matar a una mujer embarazada confundiéndola con un comando peronista que pretendía recuperar el cadáver.
Moori Koenig llegó a obsesionarse y quedar al borde de la locura. Terminó instalando el féretro de pie con el cadáver en su oficina, donde procedía a manosearla sexualmente y mostrársela a sus visitantes.[cita requerida] Una de las personas que vio en esas circunstancias el cadáver de Evita fue la cineasta María Luisa Bemberg.
El dictador Pedro Eugenio Aramburu destituyó a Moori Koenig y le encomendó al coronel Héctor Cabanillas, sepultarlo clandestinamente. La llamada Operación Traslado fue diseñada por el entonces teniente coronel y luego dictador también Alejandro Agustín Lanusse, con la ayuda del sacerdote Francisco "Paco" Rotger, a cargo de quien recayó la responsabilidad de obtener la complicidad de la Iglesia a través del superior general de la orden de los paulinos, el padre Giovanni Penco, y el propio Papa Pío XII.[56]
El 23 de abril de 1957 el cadáver fue trasladado en secreto en el barco Conté Biancamano a Génova (Italia) en un ataúd que se explicaba pertenecía a una mujer llamada María Maggi de Magistris y fue enterrado bajo ese nombre en la tumba 41 del campo 86 del Cementerio Mayor de Milán.
Las versiones se multiplicaron y el mito se agrandó. Hay versiones que sostienen que los militares mandaron realizar tres copias de cera de la momia, y que las enviaron a otro cementerio italiano, uno en Bélgica y otro en Alemania Occidental.
En 1969 la organización guerrillera Montoneros secuestró a Aramburu, exigiendo entre otras cosas la aparición del cuerpo de Evita. Cabanillas entonces se movilizó para traerlo, pero no llegó a tiempo y Aramburu fue asesinado.
En septiembre de 1971, el General Lanusse, dictador por entonces del país, le ordenó al coronel Cabanillas, organizar el "Operativo Retorno". El cuerpo de Evita fue entonces desenterrado de la tumba clandestina en Milán y devuelto a Perón en Puerta de Hierro (Madrid). En tal acción participó el brigadier (R) Jorge Rojas Silveyra, embajador argentino en España. Al cadáver le faltaba un dedo que le fue cortado intencionalmente y presentaba un leve aplastamiento de la nariz, pero estaba en buenas condiciones generales.
En 1974, ya con Perón de regreso en el país, los Montoneros secuestraron el cadáver de Aramburu con el fin de "cambiarlo" por el cadáver de Evita. Ese mismo año, ya muerto Perón, su tercera esposa María Estela Martínez de Perón, decidió traer el cuerpo de Eva al país, y lo ubicó en la quinta presidencial. Mientras tanto, el gobierno de Isabel Perón comenzó a proyectar el Altar de la Patria, un mausoleo gigantesco que albergaría los restos de Juan Perón, Eva Duarte de Perón, y todos los próceres de la Argentina.
En 1976 la dictadura militar que tomó el poder el 24 de marzo le entregó el cuerpo a la familia Duarte, que dispuso que fuera enterrada en la bóveda que su familia posee en el Cementerio de la Recoleta de Buenos Aires, donde se encuentra desde entonces.
El conocido cuento del escritor Rodolfo Walsh, titulado Esa mujer, publicado póstumamente en 1986, tiene como tema el secuestro del cadáver de Evita.
Tras su muerte, la vida de Evita y su postura política han sido incorporadas ampliamente y por los sectores más diversos en la cultura argentina.
En primer lugar los sindicatos, vinculados estrechamente a ella durante su vida, han rescatado su nombre y su imagen, junto al de Perón, como símbolos máximos del protagonismo de los trabajadores en la historia argentina.
En segundo lugar el movimiento feminista y en general las organizaciones y personas dedicadas a defender los derechos de la mujer y la perspectiva de género. En este caso, la reivindicación de Evita atraviesa todas las ideologías políticas.
Entre las nuevas generaciones nacidas con posterioridad a su muerte, Evita ha sido rescatada como un ejemplo revolucionario, muchas veces asociado con el Che Guevara. La relación simbólica entre Evita y el Che, ambos muertos trágicamente y jóvenes, ha sido destacada un sinnúmero de veces.
La izquierda peronista y en particular el grupo guerrillero Montoneros vinculó muy estrechamente su ideología y su accionar a la figura de Evita. Un famoso eslogan de esta organización decía si Evita viviera sería montonera. Tanto el secuestro y posterior asesinato del General Pedro Eugenio Aramburu como posteriormente de su cadáver, estuvieron relacionados con el intento de recuperar el cadáver de Eva Perón.
En su poema Eva, María Elena Walsh se refiere a la influencia de Evita luego de su muerte del siguiente modo:
Cuando los buitres te dejen tranquila
y huyas de las estampas y el ultraje
empezaremos a saber quién fuiste.